La luz entre los oceános

Por Rubén Cusati

Sinopsis

Un bote encalla en la isla del faro entre dos océanos y, en su interior, hay un hombre muerto y un bebé que es adoptado por la pareja que es la única habitante de la isla y que no informa a las autoridades. Al tiempo descubren que la madre biológica del bebé está viva.

Premios

2016: Festival de Venecia: Sección oficial largometrajes a concurso

Trailer

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Es difícil analizar una película de género como ésta, los que aprecien el melodrama y los que lo rechazan tendrán siempre opiniones divergentes. Podemos sin embargo decir que Derek Cianfrance ha dado ya muestras de su oficio que se confirman en esta obra elegante, conmovedora y desolada, tanto como la isla del Faro Janus sin nadie a la vista en 160 km a la redonda.

El melodrama no es para nada un género menor y ha convocado a los más prestigiosos autores de culto del cine desde Ingmar Bergman hasta Lars von Triers y Reiner Fassbinder (y su mentor Douglas Sirk), pasando por Pedro Almodóvar o Michael Haneke y es el género como tal que más repercusión ha obtenido y obtiene del gran público, Lo que el viento se llevó o Casablanca son un claro ejemplo de ello.

Otra dificultad en el análisis reside en que la trama deriva hacia una apropiación de bebés, los lazos de sangre, tema demasiado delicado para todos los argentinos pero cuyo planteo es interesante para el debate y la discusión. Y para cómo se puede lograr un poco de justicia sólo a través de la verdad.

La narración es absolutamente clásica y sigue los lineamientos de espacio y tiempos teóricos que hace décadas estableciera Syd Field con sus tres actos, plots points y pinchs points casi matemáticos y robusteciendo sus partes sentimentales con el elemento imprescindible en el género, la música instrumental de Alexander Desplat.

La concreción del romance entre el introspectivo Tom (Fassbender) que regresa culposo de los horrores de la Gran guerra y la bella y excelentemente actuada Isabel (Alicia Vikander) nos ocupa plena de romanticismo la primera media hora en el ambiente ideal para un amor joven, un faro aislado del mundo.

Tom tiene la excelente idea de calmar y sanar sus diablos interiores surgidos en la crueldad de la guerra que recluirse en el Faro. Pero la vida, el amor, le tienden la trampa de la felicidad y que, debido a la hermosura de Isabel, es imposible escapar.

Enseguida aparecen los problemas que son ajenos a la pareja producto de la misma naturaleza…, luego de lo cual un hecho fortuito, un bote a la deriva que encalla en la isla les cambia para siempre la vida. Primero la indecisión de qué hacer, luego de nuevo la felicidad de la pareja y la aparición de la culpa, especialmente del lado de Tom. Todos los ingredientes están dados para que la artesanía de Cianfrance lo lleve a buen puerto hacia la emoción no exenta de una reflexión.

El diseño de producción y la geografía majestuosa se disfruta y un traveling con el Faro de luz detrás realizado hacia el avance del barquito que une la pequeña ciudad con la isla opera como estribillo y da ritmo visual separando los períodos de tiempo necesarios para el crecimiento del drama hasta la aparición de la siempre sólida, la acongojada Rachel Weisz.

Nuestro realizador es un especialista en melodramas y conoce muy bien la manera de filmarlos expresando el dolor y la pérdida. Nos encontramos de nuevo con una filmación en la pequeña isla de Tasmania, al Sur de Australia, igual que sucediera en Lion. Cuando una locación se pone de moda, se pone de moda y como se sugiere desde el título, la luz, la fotografía de Adam Arkapaw es uno de los puntos altos del film pues acompaña los vaivenes emocionales de los tres protagonistas.

El paso del tiempo supuestamente necesario para acrecentar las emociones del tercer acto fue ocupado por algunos raccontos que nos parecieron reiterativos, relacionados con la historia del otro matrimonio, y que alargaron el film.

Las voces en off, las cartas, no ocultan que el relato proviene de una novela escrita por la australiana M. L. Stedman. Siempre es difícil adaptar una novela …

Los tres protagonistas son lo mejor del filme, claro que ello es también virtud del director. La química en la pareja principal existe pues esta película los unió en la vida real. Y eso se nota, además de ser buenos actores.

Uno de los defectos del relato es que todos los protagonistas tienen buenos sentimientos y eso no resulta demasiado verosímil adentrado el siglo XXI. Y, casi, no cambian a pesar de las peripecias que deben atravesar, lo que sería un requisito imprescindible en un buen guión.

Ficha técnica
Título original The Light Between Oceans
Año 2016
Duración 130 min.
País Estados unidos
Director Derek Cianfrance
Guión Derek Cianfrance basado en la novela: de M.L. Stedman
Música Alexandre Desplat
Fotografía Adam Arkapaw
Reparto Michael Fassbender,  Alicia Vikander,  Rachel Weisz,  Bryan Brown,  Anthony Hayes, Caren Pistorius,  Leon Ford,  Benedict Hardie,  Florence Clery
Productora Coproducción EEUU-Reino Unido-Nueva Zelanda
Género Melodrama. Años 20

 

 

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