Día contra el ruido

El silencio es salud, la frase ambigua como son ambiguas las propias palabras se usó para acallar voces en otra época. Hoy nos apropiamos de ella en otro sentido a favor de la salud y en contra del ruido que es el sonido exterior no deseado o nocivo y que provoca una sensación de molestia.

El nivel de ruido se mide en decibeles (dB). Un incremento de 3 dB representa multiplicar por dos la energía sonora y un incremento de 10 dB representa multiplicarla por 10 (se mide en escala logarítmica). El oído, sin embargo, percibe un aumento de 10 dB como el doble de ruido. Si se superan los 120 dB pueden producirse daños físicos permanentes como rotura del tímpano.

El ruido tiene, básicamente, dos características: una objetiva, física, perfectamente medible, el nivel de presión sonora y una subjetiva que depende de varios factores (individuales, culturales, sociales, hora del día, etc.). La molestia aumenta si es mayor la presión sonora o es mayor la exposición.

La contaminación acústica es un problema medioambiental importante y se debe al desarrollo de actividades industriales, al transporte, la construcción y las actividades lúdicas o recreativas (locales de música y diversión), animales, etc. Las fuentes de ruido más importantes son los diferentes medios de transporte. En los subterráneos, por ejemplo, el ruido depende primariamente de su velocidad pero varía según el tipo de motor, los vagones, las vías y sus fijaciones, así como de la rugosidad de ruedas, apertura y cierre de puertas, etc. Las curvas de radio pequeño provocan muy altos niveles de ruido de alta frecuencia por el chirrido de las ruedas. En las estaciones se debe a causa de motores encendidos, silbatos y altavoces, escaleras mecánicas (menor a 60 dB si funcionan correctamente) ventilaciones, televisores, conversaciones de las personas y fuera de ellas por el cambio de vías. Un tren entrando a una estación de subte en Buenos Aires en general supera los 110 dB. En los trenes de alta velocidad, el sonido se percibe el de un vuelo comercial.

A menos de 70 dB no se produce daño auditivo, independientemente de su duración; la exposición durante más de 8 horas por encima de 85 dB es potencialmente peligrosa. La capacidad auditiva se deteriora (temporal o  permanentemente) en la banda comprendida entre 75 dB y 125 dB. El ruido pasa a ser doloroso, cuando se sobrepasan los 125 dB, llegando al umbral de dolor a los 140 dB. Además del ruido extremo, que puede llevar a la sordera, los niveles de ruido menores pueden igual perjudicar tu salud:

  • El sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo cardíaco, riesgo coronario, hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos de carácter neurovegetativo.
  • Glándulas endocrinas, con alteraciones hipofisiarias y aumento de la secreción de adrenalina.
  • Aparato digestivo, con incremento de enfermedad gastroduodenal por dificultar el descanso.
  • Estrés (liberación de la hormona cortisol) que también aumenta la presión arterial, aumento de alteraciones mentales, agresividad, dificultades de concentración, rendimiento y más accidentes.
  • Los efectos primarios sobre el sueño son: Insomnio, Despertares frecuentes, Levantarse demasiado temprano, Alteraciones en las etapas del sueño y su profundidad, incremento de la presión arterial, de las pulsaciones, vasoconstricción.
  • Los efectos secundarios, medidos al día siguiente, incluyen Fatiga, depresión, baja del rendimiento.y del estado de alerta que puede ocasionar  accidentes,  heridas  y muerte (también atribuida a la falta de sueño y disrupción de los ritmos circadianos), Los efectos psicosociales a largo plazo han sido relacionados con el ruido nocturno, Los grupos especialmente sensibles incluyen a los mayores, trabajadores por turnos, personas vulnerables a trastornos físicos o mentales y los que padecen trastornos del sueño.

Según la OMS, en ciudades como Buenos Aires alrededor de 40% de la población está expuesta al ruido del tráfico que excede 55 dB en el día y 20% está expuesta a más de 65 dB. Por encima de 55 dB, aparecen trastornos del sueño. Uno de los problemas de la contaminación acústica es que se detectan los primeros síntomas cuando ya se han producido daños en nuestro organismo. Algunas señales de alarma son si se tiene que gritar para ser escuchado o si no se puede entender a alguien que está hablando a una distancia corta. La sordera y/o hipoacusia aparece con niveles de 90 dB y superiores. Otras señales son la sensación de pesadez en los oídos o taponamiento, zumbidos, escuchar los ruidos amortiguados o no oír los ruidos de timbre alto. Si el daño continúa, la audición disminuye aún más y los sonidos de tono bajo se vuelven también difíciles de entender.Grafica-niveles-ruidos

La protección y la prevención de la contaminación acústica compete a los organismos oficiales pero también nosotros podemos y debemos protegernos:

  • En la vivienda proveerse de un buen aislamiento acústico con materiales que absorban el ruido (como tapetes de goma) bajo artefactos de cocina ruidosos, ordenadores y aparatos electrónicos que generan ruido. Usar cortinas, alfombras y ventanas de panel doble. Elegir una vivienda alejada de fábricas, zonas de tráfico denso y optar, de ser posible, cercanía a parques, zonas verdes o peatonales.
  • Elegir actividades de ocio en lugares no ruidosos.
  • Utilizar orejeras especiales si la exposición es riesgosa cuando se vaya a exponer al ruido durante periodos de tiempos largos.
  • No utilizar usar máquinas o artefactos ruidosos al mismo tiempo..
  • No evitar ruidos molestos con otros ruidos fuertes
  • En el vehículo usar silenciador, respetar los límites de velocidad y no usar la bocina. Utilizar el transporte público y la bicicleta.
  • Los reproductores de música son muy peligrosos pues se aplican directamente sobre el oído y se escuchan durante tiempos prolongados, se debe ajustar su volumen en un sitio silencioso sin bloquear el ruido exterior y nunca sobrepasar las 2 horas diarias.
  • En el trabajo tanto a los dB atender como a los tiempos de exposición. La sordera es la dificultad o la imposibilidad de usar el sentido del oído debido a una pérdida de la capacidad auditiva parcial (hipoacusia) o total (cofosis), y unilateral o bilateral. La sordera está reconocida incluso como “enfermedad profesional”, si se constatase la relación causa-efecto. Otro fenómeno perceptivo consiste en notar golpes o sonidos en el oído (zumbidos, siseos, grillos), que no proceden de ninguna fuente externa. El enmascaramiento sonoro Cuando el oído está expuesto a dos o más sonidos simultáneos, existe la posibilidad de que uno de ellos enmascare a los demás.
  • Por último, las recomendaciones médicas incluyen exámenes periódicos de audición en especial de aquellos expuestos a un ruido alto en el trabajo.

El ruido también altera el hábitat de animales y aves, lo cual puede llevar a alterar los ecosistemas.

 

Consejo: escuchar con atención para darse cuenta del ruido que nos rodea. Los celulares, los aviones, las obras, los coches, las bocinas… Un experto estima con alarmismo que el ruido puede ser el causante de 45.000 muertes al año por ataques cardiacos

El ruido también causa estragos en el cerebro. Estudiantes en un aula que soportaba el ruido de un subte cada tres minutos se atrasaron un año respecto de los que no lo padecía.

Nuestro oído no tiene ningún mecanismo de defensa que lo bloquee para protegerlo del ruido, volvamos pues al principio, el silencio es SALUD y es más placentero escuchar como hizo Dustin Hoffman en su debut (El Graduado), Los Sonidos del Silencio junto a Anne Brancfort. Qué duda cabe.

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