Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo

La OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha promovido la conmemoración del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo todos los 28 de abril. Este año centrará su atención en el “estrés en el trabajo” haciendo un llamado a la sociedad para afrontarlo de manera colectiva.

Actualmente los trabajadores se enfrentan a importantes cambios en la organización del trabajo y las relaciones laborales; sufren una mayor presión para satisfacer las exigencias de la vida laboral. El ritmo de trabajo marcado por el avance de las comunicaciones y los altos niveles de competitividad hace que la línea de separación entre la vida laboral y la personal sea cada vez más difícil de identificar.

Los factores de riesgo tales como la mayor competencia, las elevadas expectativas de rendimiento y jornadas de trabajo más largas contribuyen a un medio ambiente de trabajo cada vez más estresante. El estrés afecta a todas las profesiones y sectores.

Las medidas de política económica implementadas recientemente están provocando gran preocupación en la sociedad como consecuencia de despidos masivos, temor a perder el empleo, precariedad laboral y reducidas oportunidades de empleo. Esta situación genera consecuencias dañinas para la salud mental y bienestar de la población.

El estrés relacionado con el trabajo es un problema global que afecta a todos los trabajadores. En ese sentido, el lugar de trabajo constituye al mismo tiempo una importante fuente de factores de riesgo psicosocial y el escenario ideal para abordarlos con el objeto de proteger la salud y bienestar de los trabajadores a través de medidas colectivas.

El estrés no es un trastorno a la salud sino es el primer signo de una respuesta a un daño físico y emocional. Se produce cuando las exigencias del trabajo superan las capacidades, recursos o necesidades del trabajador o cuando su conocimiento y habilidades no se corresponden con las expectativas de la empresa. El estrés relacionado con el trabajo está determinado por la organización del trabajo, el diseño del trabajo y las relaciones laborales.

Los causantes del estrés se denominan factores de riesgo psicosociales. Los especialistas los han dividido en dos grandes grupos: “contenido del trabajo” y “contexto del trabajo”.  El primer grupo se refiere a los factores de riesgo relacionados con las condiciones de trabajo, la que pueden abarcar a la carga del trabajo y la dificultad de llevarlo a cabo en tiempo y forma, sumadas a las malas condiciones y exposición a los agentes de riesgo que puedan afectar la salud física y psicológica. El segundo grupo hace referencia a las relaciones laborales, las que pueden incluir: bajos salarios, falta de incentivos, estancamiento profesional, escasa comunicación con los superiores y aislamiento laboral, entre otros.

Cuanto mayores sean las oportunidades de participación en la toma de decisiones mayor será la satisfacción y sentimiento de autoestima, las cuales resultarán beneficiosas para la salud mental y la productividad de los trabajadores. Otro tema importante es la violencia laboral que puede generar elevados niveles de estrés. Los episodios de violencia laboral pueden afectar no sólo a las víctimas sino también a los testigos.

Todas las personas tienen derecho a las mejores condiciones de salud posibles. Sin salud en el trabajo una persona no puede contribuir a la sociedad y alcanzar el bienestar. Si la salud en el trabajo está amenazada, no existen las bases para lograr el empleo productivo y el desarrollo socioeconómico que necesita el país. El Estado, el sector empresario y los representantes gremiales tienen una importante responsabilidad de coordinar esfuerzos en defensa de la salud e integridad psicofísica de los trabajadores.

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