En nuestra Obra Social creemos en una paradoja: es la vida y no la muerte lo que arroja al pensamiento del hombre más allá de lo humano. E intentamos llevarla a la práctica diaria pues…
Se la conoce popularmente como “intolerancia al gluten”. La intolerancia es en verdad debido a una proteína llamada prolamina que está presente en cuatro cereales: trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Pueden padecerla tanto niños como adultos. Actualmente, la incidencia es mayor en mujeres, que en varones.
Es una enfermedad autoinmune, en la cual son las propias defensas del organismo que al reaccionar contra el gluten producen el daño. Se produce daño y atrofia de las vellosidades intestinales, que normalmente sirven para absorber
nutrientes.
¿Cómo y porqué sucede?
El intestino delgado es un órgano del ancho de un dedo y de una longitud del orden de cinco metros. Tiene unas vellosidades que son fundamentales para la absorción de los nutrientes presentes en los alimentos que entran y nutren el cuerpo.
Cuando existe intolerancia al gluten los nutrientes que entran por las vellosidades son repelidos por la capa de mucosa gruesa del intestino, entonces las vitaminas y suplementos que recibe el cuerpo se vuelven inservibles, se produce una lesión y atrofia de la mucosa intestinal (capa interior) y de esta manera los nutrientes no pueden ser absorbidos.
La mucosa intestinal se normaliza cuando se inicia la dieta sin TACC.
Algunas cifras