29 de diciembre – Día Internacional de la Diversidad Biológica
Los recursos naturales de nuestro planeta son esenciales para la supervivencia humana dado que nos proporcionan de alimento, abrigo, energía, materiales, medicamentos, recreación y sustento espiritual. Los ecosistemas naturales – bosques, selvas, ríos, mares y lagos- contienen la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra.
La diversidad biológica comprende al conjunto de organismos vivos -animales, vegetales y microorganismos- que habitan los medios acuáticos o terrestres. La pérdida actual de esta biodiversidad se ve amenazada por el desarrollo de las actividades del hombre especialmente por el ritmo de consumo y producción insostenibles.
A pesar de los crecientes esfuerzos por mitigar los efectos ambientales de los últimos años, se ha continuado con el proceso de pérdida de la diversidad biológica de millones de especies, principalmente a causa de la destrucción de hábitats naturales, cultivo excesivo, contaminación e introducción inadecuada de plantas y animales foráneos. Las sociedades de los países del primer mundo continúan con la adopción de un modelo de desarrollo insostenible para las generaciones actuales y futuras.
Los recursos biológicos constituyen un capital de una gran riqueza y rendimiento potencial para los beneficios de la humanidad. Es por ello que resulta imperioso adoptar medidas urgentes para conservar y mantener los ecosistemas naturales utilizándolos de manera racional y responsable.
Es preciso reforzar las políticas ambientales relacionadas con los estudios interdisciplinarios de la biodiversidad tanto a nivel nacional como internacional. Para ello se requiere de una cooperación internacional eficaz para la protección in situ de los ecosistemas, la conservación ex situ de los recursos biológicos y genéticos y el mejoramiento de las funciones de los ecosistemas.
La participación y el apoyo de las comunidades locales son factores esenciales para alcanzar el éxito de las políticas ambientales sostenibles. Los adelantos recientes de la biotecnología han destacado la capacidad potencial que el material genético contenido en las plantas, los animales y los microorganismos tiene para la agricultura, la salud y el bienestar, así como para fines ambientales.
Por su parte, los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos biológicos en consonancia con sus políticas ambientales, así como la responsabilidad de conservar su biodiversidad, de utilizar sus recursos biológicos de manera sostenible y de velar por que las actividades que se realicen bajo su jurisdicción no causen daños a la biodiversidad biológica de otros Estados.