3 de diciembre día del Médico

El Día del Médico se aconsejó celebrar el 3 de Diciembre de cada año por la Confederación Médica Panamericana, en honor Carlos Juan Finlay Barrés, médico y científico cubano que descubrió que la transmisión de la fiebre amarilla era ocasionada por un vector intermediario como el mosquito aedes aegypti. En agosto de 1956 la Argentina se adhirió oficialmente a la conmemoración, a iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina y oficializada por decreto del gobierno nacional.

La elección de la fecha es emblemática porque el descubrimiento sentó las bases de una línea de investigación importantísima: se demostró la intervención causal de un virus y la transmisión de éste por la picadura de un insecto, el mosquito Aedes aegypti.

Los dos símbolos que tradicionalmente sirvieron para representar a la Medicina a través de los años fueron:

  • El caduceo de Mercurio (Hermes):la figura muestra dos serpientes enrolladas, mirándose frente a frente y separadas por una varita, con un par de alas sobre ellas. Este símbolo de la Medicina se utilizó por primera vez en el Cuerpo Médico de los Estados Unidos.·El bastón de Esculapio (Aesclepes): el ejército americano, desde 1818, contó con su cuerpo médico, dirigido por un cirujano general. Su símbolo distintivo fue, primeramente, el báculo de Aesclepes o Esculapio, que tiene una sola serpiente con media vuelta alrededor de un bastón. Hacia finales del siglo XIX el distintivo se cambió.

Ambos símbolos tienen una profunda razón de ser. Desde el inicio, su uso se propagó a muchos países y fue adoptado por gran número de sociedades médicas, universidades, etc. Siempre existión una gran controversia sobre cuál es el símbolo que mejor representa a la profesión médica.

La escuela de Medicina de la Universidad de Rochester, New York, decidió reemplazar el caduceo por el báculo de Esculapio, como signo oficial de la institución, en octubre de 1985.

La razón que sustentó tal decisión fue que de esta manera se volvía a colocar a Esculapio en el lugar que le correspondía como el verdadero representante de la profesión médica.

Sin ir más lejos, Hipócrates, al anunciar su famoso juramento, coloca a Esculapio y lo pone por testigo junto a Apolo, Higeia y Panacea de que se cumplirá la palabra empeñada “hasta donde tenga poder y capacidad”. A esta venerada figura de la medicina, nunca se le ocurrió llamar a Mercurio, quien lleva y trae las almas al infierno, y colocarlo al lado de tantos dioses dentro de sus solemnes palabras.

La presencia de la serpiente representa al animal astuto y ágil, que está en permanente estado de alerta. Así se establece un paralelo con la conducta que debe seguir el médico en la atención de sus pacientes. El bastón da cuenta de la ayuda que el buen galeno brinda incondiccionalmente.

 

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Carlos Juan Finlay Barrés

 ¿ Quien fue Carlos Juan Finlay Barrés ?

Al nacer en Cuba, el 3 de diciembre de 1833, nadie imaginó que se convertiría en “el hombre mosquito”.

Hijo de un médico inglés que residía en Cuba, Finlay nació en esa isla y luchó denodadamente para convencer a sus colegas sobre su descubrimiento: el mosquito es el vector de la fiebre amarilla.

Finlay fue convocado por el ejército norteamericano durante la guerra por la independencia cubana, en la que actuaron tropas de los Estados Unidos y de España, las que tuvieron numerosas víctimas por causa de la fiebre amarilla. Pudo allí comprobar la certeza de sus afirmaciones y quedó demostrado que el vehículo de esa enfermedad es el mosquito.

En 1881 presentó ante la Academia de Ciencias de La Habana, su trabajo fundamental: “El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla”, el que describía los detalles, las características y los hábitos del insecto y anunciaba la trascendente experiencia del contagio en personas. Tras la lectura de Finlay hubo silencio total en el auditorio, y los académicos se retiraron uno a uno. hubo que esperar 19 años para que la IV Comisión Americana para el Estudio de la Fiebre Amarilla (integrada por Reed, Carroll, Agramonte y Lazear) se dispusiera a comprobar si la teoría de Finlay era cierta..

Pasaron veinte años entre los primeros descubrimientos del creativo médico y la confirmación de su teoría, en 1900, por la Comisión de Fiebre Amarilla que el Ejército de Estados Unidos envió a Cuba para estudiar la enfermedad que asolaba las Antillas y el Golfo de Méjico.

La razón de semejante postergación residió en la incredulidad que despertaron los experimientos del médico cubano, que pacientemente aisló al “zancudo bobo de patas rayadas de blanco”, como lo llamó el investigador francés Beauperthuy, y reprodujo experimentalmente la enfermedad mediante picaduras bajo control.

Finlay murió en 1915, y en 1955, la Confederación Médica Panamericana aconsejó celebrar , en honor a quien descubrió que detrás de miles de muertes causadas por la fiebre amarilla se agazapaba un culpable de apenas unos milímetros: el hoy famoso mosquito aedes aegypti. En agosto de 1956, la Argentina adhirió oficialmente a la conmemoración.

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