5 de diciembre – Día Internacional del Voluntario
Desde OSPDESBA expresamos nuestro reconocimiento y agradecimiento a todas aquellas personas que se suman de manera libre y desinteresada al trabajo de voluntariado, dedicando horas de su tiempo y contribuyendo al sueño de promover la dignidad humana y el desarrollo social, siempre en el afán de seguir luchando para construir una sociedad más libre, justa y equitativa, en la que las personas están por encima de cualquier institución u organización.
La participación de las personas al trabajo voluntario contribuye a la mejora de su entorno y de la sociedad. La participación favorece la generación de una conciencia solidaria que nos permite involucrarnos en las problemáticas de nuestros semejantes con el objeto de brindarles nuestra ayuda y contención. La ciudadanía es consciente de la situación y asume su capacidad de acción y transformación para intentar cambiar el mundo actual por otro mucho más justo y solidario. Conjuntamente, los gobiernos, las instituciones y organizaciones deben fomentar la participación, el compromiso y la solidaridad de las personas.
Las personas no deberían estar ajenas a lo que le pasa a nuestros semejantes. La idea de ejercer el trabajo de voluntariado es importante porque cada pequeño gesto cuenta y cada acción contribuye al cambio. Salir de nuestro entorno y aproximarnos en otras realidades muy distintas, con sus características y problemáticas, resulta necesario y saludable. De esta manera, se aprende a conocer más el mundo, como funciona o hacia dónde va la humanidad.
El voluntariado existe desde siempre, es algo propio de las sociedades. El voluntariado ha ido evolucionado, desde acciones de apoyo y ayuda ligadas a la caridad, hasta el voluntariado transformador que denuncia situaciones de exclusión y trata de revertir las injusticias y desigualdades.
Las personas voluntarias trabajan a favor de los colectivos más vulnerables, actuando como mediadores entre la ciudadanía y el Estado para canalizar necesidades y demandas que no están siendo totalmente cubiertas por éste. Estas acciones tradicionalmente se han encauzado a través de organizaciones que se convierten en un instrumento para gestionar esa oferta y demanda de colaboración.
Una persona voluntaria, por elección propia, dedica una parte de su tiempo a la acción solidaria, sin recibir remuneración por ello. Es precisamente este tipo de elección lo que hace del voluntarismo una herramienta invalorable y una fuerza transformadora para cambiar la realidad.
El Día Internacional del Voluntario es una ocasión para que las organizaciones que promueven el voluntariado y las propias personas voluntarias hagan visible su contribución al desarrollo, tanto en el ámbito local, nacional o internacional. Las personas y las organizaciones de voluntarios tienen la oportunidad de intensificar estas tareas, trabajando junto con gobiernos, organizaciones, grupos comunitarios y el sector privado a favor del bienestar y protección de las personas.
La promoción del voluntariado y la cultura de la solidaridad contribuyen a alcanzar un elemento enriquecedor que facilita la convivencia de la sociedad y el ejercicio de los derechos y deberes de todas las personas. El voluntariado es por sobre todas las cosas un aporte significativo en la transformación de las vidas de quienes participan, haciéndola más plena y más saludable.