5 de junio – Día Mundial del Medio Ambiente
El medio ambiente es la casa de todos y estamos obligados a cuidarlo y protegerlo porque su deterioro daña a los que habitan en ella. Es necesario tomar conciencia sobre los problemas y las causas que la afectan porque su profundización atenta no sólo contra el bienestar de la población mundial sino incluso contra su propia supervivencia.
En los últimos años la comunidad científica internacional ha advertido sobre el creciente deterioro del medio ambiente a partir del calentamiento global, la contaminación de las aguas, del aire y de los suelos, la pérdida de especies vegetales y animales, el agotamiento de recursos no renovables y la pobreza de millones de personas en el mundo.
El medio ambiente es demasiado importante para dejarlo sólo en manos de los gobiernos de turno. Debe ser la ciudadanía a través de sus organizaciones sociales, ONGs, sindicatos, etc., la que lleve a cabo una participación de forma activa que contribuya a revertir la tendencia mundial de la problemática ambiental.
Los problemas del deterioro de la naturaleza y la pobreza en el mundo son causados por la sociedad capitalista basada en el consumo y producción insostenibles, que no pueden solucionarse a menos que se logre un cambio en los estilos de vida más simples con formas más autosuficientes y cooperativas.
La sociedad actual basada en un modelo de crecimiento económico y de consumo abundante es injusta y ecológicamente insostenible. Los problemas no pueden ser solucionados en una sociedad que se conduce por la obsesión por las altas tasas de producción y consumo, el nivel de vida abundante, las fuerzas de mercado, el afán de lucro y el crecimiento económico. El Papa Francisco es categórico al respecto, diciéndonos en la Carta Encíclica Laudato Si: “Los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente”
Dejar librado la solución a las fuerzas del mercado constituye un grave error. Es imposible que la competencia entre individuos que tratan de maximizar su propio interés pueda contribuir a la protección del ambiente. Un mercado libre causará inevitablemente la ganancia de los más ricos y fuertes, tomando más y convirtiéndolos aún más ricos, mientras la mayoría pobre se hace más pobre. El medio ambiente y la cohesión social no se pueden proteger si las normas permiten a los individuos capturar tanto como les sea posible.
Los gobiernos del mundo promueven como medidas de freno al deterioro ambiental el desarrollo sustentable. El desarrollo de los países será sustentable si las generaciones futuras heredan un medio ambiente cuya calidad es al menos igual al que recibieron las generaciones anteriores. El desarrollo sustentable tiene un desafío enorme, la de conciliar tres aspectos fundamentales: el crecimiento, la reducción de la pobreza y la preservación de los ecosistemas.
ver documento “Carta Encíclica Laudato Si” del Padre Francisco