El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la que se recuerdan los logros alcanzados en la lucha por la igualdad de la mujer a nivel político, económico y social. Es también un día reivindicativo para reflexionar sobre los logros obtenidos y los retos pendientes. En algunos países es una fiesta nacional, consecuencia de la impronta dejada por muchas mujeres anónimas y otras no tanto, capaces de sacrificar su propia vida defendiendo la igualdad entre los seres humanos.

La primer conmemoración tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha extendido desde entonces a numerosos países. En 1975 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y en 1977 lo proclamó como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

El Día Internacional de la Mujer se refiere también a las mujeres comunes como parte de la historia y busca desde hace años reconocer su participación en la construcción social en condiciones de igualdad con el hombre. La lucha de la mujer lleva años y todavía continúa. Su participación trabajando mancomunada e igualitariamente con el hombre permite avizorar una sociedad más justa, donde se priorice la salud de la organización social y por ende la de cada uno de sus integrantes, y sobre todas las cosas, donde no haya un sexo que este primero que el otro, sino dos sexos que son seres humanos por igual.
Caminar e ir por todo, no es olvidarse de una misma, ni de la propia identidad – A.B.A.B.

NdE: El 8 de marzo es un día para celebrar y también para reflexionar

Ser mujer desde hace apenas un cuarto de siglo, pero conviviendo con las marcas imborrables de mujeres añosas, de los pañuelos blancos, de las kilométricas marchas, los enormes carteles, de los gritos desgarradores de madres, abuelas, hermanas, amigas…

• Ser mujer es luchar aún sintiéndose débiles o guerreras, más o menos vulnerables, más o menos angustiadas, más o menos frágiles, más o menos indispuestas.
• Ser mujer es caminar e ir por todo sin olvidarse de una misma y de la propia identidad.
• Ser mujer es ver el vaso medio lleno y encontrar la forma de llegar, es intentar aún habiendo perdido todo, es arriesgar cuando ya no queda más que lo puesto. 
• Ser mujer es respirar profundo, llorar en público o en soledad, es guardar silencios eternos.
• Ser mujer es dejar de tener hambre, sueño o frío, cuando no alcanza para todos.
• Ser mujer  es soñar, reír, entregar, enamorarse, pero también es saber reconstruir los pedazos del alma.
• Ser mujer es tener miedo a decir “si” cuando se arrancaron hasta la esperanza. 

La identidad de la mujer no se construye con la belleza, la perfección, la modernidad o la delgadez. Sino todo sería más fácil. Aunque se crea en la igualdad, ésta no deja de ser abstracta, ya que las desigualdades concretas siguen siendo evidentes. Hombres, mujeres, niños, niñas, hermanos, maridos, hijos, aún falta mucho para llegar, si lo hacemos juntos el camino va a ser menos árido.

Aldayde Arechua

Feliz día a todas ellas.