La Declaración de los Derechos Humanos proclama por la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo lugar a tres años de finalizada la segunda guerra mundial, como documento de protección de todas las personas del mundo, basándose en los horrores vividos durante el conflicto bélico, donde millones de seres humanos padecieron crueldades injustificables.

Los países miembros de la ONU que han subscrito esta declaración tienen la obligación y el compromiso de asegurar el respeto de los derechos humanos a toda las personas sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, nacimiento, opinión política o posición económica. Dado que todos somos iguales ante la ley, los gobiernos deben velar para lograr la igualdad de oportunidades para todos en aras de una mejor calidad de vida de la población.

Los derechos humanos abarcan un conjunto amplio entre los que se incluyen el derecho: a la vida, a la libertad, a la justicia, a la paz, a la salud, al trabajo, a la vivienda, a la alimentación, a la educación y a la expresión libre. Complementariamente, cada uno de estos derechos exige también el compromiso de todas las personas de respetar la dignidad y libertad de sus semejantes.

Los Tratados Internacionales de Derechos Humanos tienen jerarquía constitucional estando por encima de todas las leyes nacionales. Por ello, más allá de lo establecido en las normativas de los países, es importante que la sociedad reconozca los variados derechos que posee. Por ejemplo, en relación al trabajo, toda persona tiene derecho a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, a igual salario por igual tarea, a vacaciones pagas, a la afiliación en sindicatos, a seguros en caso de: desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

La libertad de las personas -por ejemplo- es uno de los tantos derechos que se han vulnerado en algunos países miembros. A tal efecto, el documento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que “…nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado…” Asimismo, establece que “… Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad…”, “…Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial…”

Los Estados de los países miembros deben garantizar el desarrollo pleno de todas las personas superando los obstáculos de discriminación, persecución, arbitrariedad o abusos de cualquier tipo. Los gobiernos, instituciones y medios de comunicación cumplen un rol esencial en la promoción y conscientización de estos derechos para contribuir en su aplicación.

La educación de la sociedad en temas de derechos humanos constituye uno de los pilares fundamentales para alcanzar los objetivos. Cuando los pueblos conocen sus propios derechos la probabilidad de que los mismos sean violados es menor y por consiguiente menor la cantidad de conflictos.

Saludamos a todas aquellas personas que militan en organismos de derechos humanos y reconocemos su constancia y trabajo en la lucha por alcanzar el respeto a la dignidad humana. La finalidad radica en que los derechos humanos sean reconocidos en todos los rincones del planeta. Los logros alcanzados constituyen el incentivo para seguir luchando por una sociedad más justa e igualitaria.