Por Rubén Cusati

Sinopsis

Nathalie (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía y reparte su tiempo entre sus alumnos y su familia, con sus hijos ya mayores y su madre senil, una vida hecha en suma. Aparentemente, pues la vida te da sorpresas.  Su marido le comunica que se va con otra mujer, la primera de las “cosas que le ocurrirán” y la obligarán a reinventarse.

Premios

• 2016: Festival de Berlín: Oso de Plata – Mejor director
• 2016: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actriz (Huppert)
• 2016: Críticos de Los Angeles: Mejor actriz (Huppert)

Crítica

Luego de la un poco frustrante Elle del siempre transgresor pero que ha perdido la frescura inicial, Paul Verhoeven (holandés, Bajos instintos, Robocop, etc.), filmada en paralelo y por la cual Huppert (el único acierto del director fue haberla elegido) recibió varios premios internacionales, esta semana se estrenó L´avenir de la joven actriz, guionista y realizadora Mia Hansen-Love (36 años). Ambas merecieron varios premios internacionales.

Promediando la sexta década, en cada nueva película Huppert está más bella y mejor actriz. Su carrera en cine y teatro es incomparable al igual que los premios que ha obtenido en 45 años de actuación. Cuando alguien propone la pregunta cuál es la mejor actriz de esta época y se cita a Liv Ulmann o Meryl Streep o alguna otra, no hay duda que Huppert les gana a todas, no es el fetiche de ningún realizador con talento, filma con todos y siempre con calidad en todos los géneros y mejora a todos los realizadores, a todos los guionistas, a todas las historias. Si bien se cree que el cine es un arte de equipos y de realizadores (de ahí: es una película de … y sigue el nombre del director), en el que los actores no son primordiales, Huppert contradice ese concepto. Con igual edad vale la comparación con la actriz “televisiva” Sonia Braga que hemos comentado en Aquarius en una sobreactuación afectada.

Hansen-Love es hija de profesores de Filosofía por lo que se puede conjeturar que esta película es autobiográfica (qué arte no lo es) aunque repetimos una vez más no contiene la historia “real”  de sus padres, salvo que, convengamos, no existe nada más “real” que el arte. Colabora como crítica cinematográfica en la revista Cahiers du Cinéma de donde provienen todos los grandes realizadores franceses (Nouvelle Vague bajo la influencia de Hitchkock) está casada con otro director de gran prestigio, Olivier Assayas.

El cine de entretenimiento (Hollywood) igual que la televisión desprecia al público que formado por idiotas pasivos. Hansen-Love (y la Huppert) dialoga con el espectador que debe completar, cada uno sumergido en su propia historia real, el contenido de la película. Volvemos así a los grandes realizadores y a artículos anteriores en los que hemos defendido (como Kiarostami o Cortázar) lo inacabado, lo incompleto, en donde el espectador debe ser activo y agrega a la obra su propia interpretación, la completa. Toda vida, hasta la del más aburrido oficinista, tiene picos de una gran tensión cuando se narra su historia en el par de horas que dura una película.

L´avenir es una narración de los hechos que le suceden a Nathalie y una pintura de la psicología de los personajes que la rodean en un momento de su vida. No hay ningún rasgo de acentuación de los hechos que le pasan a la protagonista, ella es tenaz y va para adelante y la actuación de Huppert, que no descubre sus emociones, apenas un sollozo que es también una sonrisa, salvo con esos matices sutiles de una gran actriz que llevan al espectador a completar sus sentimientos. Pareciera, sólo pareciera, que Nathalie sobrevuela por encima sus sucederes y va aceptando ser quien es, teniendo a la vez miedo al dolor del amor sea a hijos, trabajo, matrimonio, etc. Pero esto no es así, sólo “parece”.

Borges hubiera aplaudido la eliminación de todo sentimentalismo.

En esa marcación del personaje principal está, como suele ocurrir, su mayor falla en la historia que es el escaso desarrollo de los personajes secundarios que son más arquetípicos, planos, sin relieve, especialmente los hijos y el joven discípulo.

Las ideas que formaron a Nathalie intelectualmente entran en crisis y hay choques generacionales tanto hacia arriba (la madre) como hacia abajo (hijos, discípulos), choca con la realidad pero, pertinaz, sigue adelante sin una queja. Las emociones van por dentro y como ella enseña a sus estudiantes, obliga también al espectador a pensar por sí mismo.

La fotografía de Denis Lenoir es excelente y está de acuerdo con el tono que impone la realizadora a momentos cinematográficos inquietantes y bellos.

Como canta Rubén Blades, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Siempre.

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