Dia del Paludismo (Malaria)
Y otra vez un insecto, la pobreza y un continente arrasado donde, oh paradoja, surgió el ser humano: la mayor parte de los casos y defunciones por paludismo se concentra en África.
El paludismo es causado por un parásito denominado Plasmodium que se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado, el Anopheles.
Los síntomas son fiebre, cefaleas intensas y vómitos que, generalmente, aparecen 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata rápidamente (artemisina), el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales.
De las cinco especies de parásito que provocan paludismo en el ser humano, la más mortífera es Plasmodium falciparum.
La OMS recomienda una estrategia multidimensional para prevenir, controlar y eliminar el paludismo: el uso de mosquiteros tratados con insecticidas y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, las pruebas diagnósticas y el tratamiento de los casos confirmados con antipalúdicos eficaces. En los últimos años, estas medidas han reducido drásticamente la carga de paludismo en muchos entornos. Sin embargo, la transmisión del paludismo persiste en muchos países del mundo y es causa de cientos de muertes cada año
Se trata de una patología que afecta a millones de niños africanos y, por la aplicación de la vacuna a partir de 2015 (que sólo protege del parásito del falciparum) se evitaría la muerte de casi un millón de personas cada año, la mayoría menores de cinco años en el África subsahariana.
A pesar de la drástica baja de las tasas de infectados y muertes, aún en el 2015 las cifras continúan siendo altísimas: más de 438 mil personas fallecieron y más de 214 millones de personas fueron infectadas, la mayoría en el continente africano en donde 1 de cada 4 niños no están protegidos por mosquiteros y más de la mitad de embarazadas no toman ningún fármaco preventivo. En el último año esa región acaparó el 89% de los casos de malaria y el 91% de las muertes por esta causa. Y es una enfermedad que se puede prevenir y también tratar.
Para el 2030 se requerirá un financiamiento de 8,7 mil millones de dólares anuales para tratar de eliminar esta enfermedad.
El diagnóstico y el tratamiento precoz de la malaria (como en casi todas las enfermedades) la atenúan, evitan la muerte y contribuyen a reducir su transmisión. El acceso a las pruebas de diagnóstico y al tratamiento no son sólo un componente del control del paludismo, sino también un derecho fundamental de todas las poblaciones en riesgo.
En Argentina la principal zona de riesgo está en el norte de la provincia de Salta, en especial el área rural de los departamentos San Martín y Orán. En los últimos tres años no se ha registrado ningún caso local estando expuestas en el mundo unas 3.400 millones de personas. Argentina está, entonces, a un paso de ser declarada país libre de paludismo autóctono.
Tanto el cine como la literatura de ficción han tratado extensamente la malaria en sus personajes, Durante uno de los más complicados rodajes del cine moderno del que se cumplen 40 años (Apocalipsis Now), casi muere el actor Martin Sheen. La filmación se realizó en Pagsanjan, una pequeña localidad al sureste de Manila, Filipinas, simulando la jungla tropical de la frontera entre Vietnam y Camboya, donde se desarrolla la odisea.
Brando ya se encontraba ebrio al bajar del avión, y permaneció así la mayor parte del tiempo y Coppola no pudo hacer otra cosa que dejarlo improvisar sus escasos diálogos. Además de lluvias y un tifón que arruinó los decorados, los retrasos y el intenso calor y humedad tropicales hicieron mella en los responsables, y así Martin Sheen padeció malaria y sufrió un infarto. Coppola, que puso casi todo el dinero de su bolsillo, estuvo al borde de la bancarrota y amenazó con suicidarse en tres ocasiones y se divorció.
Ferdinand Marcos, entonces presidente filipino, cedió aviones y helicópteros militares para la famosa escena del bombardeo de un pueblo vietnamita, pero a veces no estuvieron disponibles para las cámaras, pues fueron requeridos para combatir a rebeldes comunistas y musulmanes en otras zonas del archipiélago.
“Mi película no es sobre la Guerra de Vietnam. Es Vietnam”, dijo Cóppola al recoger la Palma de Oro al Mejor Largometraje en el Festival de Cannes.
Es lo que continúa sufriendo el continente africano hoy día.