Día del veterinario
De atender la salud de las mascotas el veterinario pasó a ser clave en el desarrollo de las cadenas productivas en un país agropecuario como el nuestro, volviendo a la solución de los problemas que originaron la profesión en la antigüedad. Hoy, en Argentina, son más de 16 mil los profesionales que parecieran escasos en relación a la población mundial aprox. (en millones) de especies animales: humana=7.000; ratón=4.000; rata=4.000; quelea (ave)=1.500; bovina=1.339; gallo y gallina=16.000; ovina=1.069; suidos (cerdos)=1.000; cabra=765; perro=300; gato=230; búfalo=190; caballo=60; elefante=0,6; elefante marino=0,7; gorila occidental=0,2; Chimpancé=0,2; oso polar=0,02; león=0,01; etc. Que la población de ratas y ratones sea similar a la humana es pura coincidencia y no opinión del autor de estas líneas; ambas especies tienen en común, además, que la regulan mediantes guerras.
Hombres y animales partieron mancomunados, indisolublemente, hasta hoy. La evolución de los organismos vivos y el inicio de la vida se pierden en la noche de los tiempos. Desde un principio los primeros hombres sintieron el impulso de cuidarlos y sanarlos de sus dolencias debido a la necesidad de alimentarse, en el trabajo diario, en la guerra y también como compañeros. El primer animal que recibió una atención especial (circa 1500) fue el caballo por su importancia en el transporte y la guerra y también el primero que fue objeto de estudio en un Tratado.
La Medicina veterinaria se ocupa del diagnóstico y tratamiento de la patología de los animales, mejorar el rendimiento animal y la ganadería productiva, vigilar la fabricación y puesta en circulación de los productos alimenticios de origen animal destinados al consumo humano, la epidemiología y salud pública, la investigación, y la docencia y tiene antecedentes que datan del 1900 a. C, especialmente en Egipto, China e India
Los egipcios amaban a sus animales y tenían animales de compañía especialmente gatos que han quedado para la posteridad en pinturas, estatuillas y también como momias, siendo también utilizados como cazadores de pájaros y en el control de roedores que fueron las primeras plagas.
Es el Código de Hammurabi (Imperio Babilónico, 1800 aC), primer código moral hay dos indicaciones que atañen a los animales, fijando un salario (menor al del médico de humanos) para la cura de animales o, viceversa, el médico debía pagar (menos) si el animal moría.
En China, tanto en humanos como en medicina veterinaria, la acupuntura y la moxibustión tendían a mantener el balance de los sistemas del enfermo (Yin-yang). Según algunas corrientes filosóficas las enfermedades violaban el principio creador de Tao y había que mantener el equilibrio del cuerpo. Los chinos habían percibido los biorritmos diurnos, mensuales y estacionales. Nei Ching expuso una doctrina de circulación doble mucho antes que Harvey.
En la India se escribieron fábulas en las que los animales hablaban como personas pues Buda se había reencarnado en varios animales en su evolución para perfeccionarse espiritualmente. El ascetismo hindú es muy antiguo, se creía en la transmigración de las almas y en que el pasado afectaba al futuro y al presente. Estos dos conceptos religiosos conducen a que no se puede dañar a los animales ni a la gente. E incluso a las plantas… En esa época nacen los primeros hospitales de animales que se desarrollaron antes que los hospitales para personas. Allí iban los animales accidentados y enfermos y se trataban fracturas y otros males. Una de las explicaciones en considerar a las vacas como entes sagrados se explica con una base ecológica pues entregaban servicios cruciales para la economía, como tracción barata, leche, excrementos para proporcionar combustible en el hogar y fertilizantes en el campo.
En el Libro del Éxodo de la Biblia, se comentan las plagas del ganado que causaban serias pérdidas económicas.
Llama la atención, que mientras el caballo desaparece de América – su lugar de origen, persiste al servicio del hombre en Europa, desde donde regresó nuevamente a tierras americanas con los conquistadores españoles.
La medicina veterinaria, Igual que la humana, abarca especialidades diversas.
Por ejemplo, la zootecnia es una ciencia que estudia diversos parámetros para el mejor aprovechamiento de los animales domésticos y silvestres, pero siempre priorizando el bienestar animal y trata del estudio de la producción de animales, así como de sus derivados (carne, huevo, leche, piel, etc.); fijándose como objetivo la obtención del óptimo rendimiento de las explotaciones pecuarias existentes. La paradoja es, entonces, que mantiene a los animales en buen estado de salud, tratándolos amigablemente para que, algunos de ellos, sean sacrificados y comidos.
La profesión recién se afianzó alrededor del 1900 creándose las primeras Universidades en varios países.
La ciencia veterinaria no sólo se ocupa de la salud de los animales sino también de la salud de las personas: el autismo de los niños se mejora con perros y los geriatras tratan a la tercera edad con gatos que permiten ser acariciados. El niño que crece con animales se asegura su relación con su entorno y mayor comprensión de la naturaleza en el futuro. Lo mismo sucede con la intervención de animales en tratamientos de salud mental. Como Obra Social, para el tratamiento y bienestar de niños y/o ancianos, estos temas repercuten en la salud de cada uno de los afiliados y pensamos que no solo los seres humanos del grupo familiar necesitan una buena cobertura de salud, sino también las mascotas que lo integran.
Gran variedad de los avances de la medicina humana se deben a descubrimientos veterinarios y es cada vez más común que médicos y veterinarios trabajen en conjunto.
Un ejemplo de invención veterinaria fue el de John Boyd Dunlop que era veterinario y viendo a su hijo darse unos cuantos golpes por andar en bicicleta, recubrió las ruedas con caucho creando los neumáticos.
Sin el afán de dar supremacía profesional, los trascendentales descubrimientos realizados por veterinarios desde décadas han prevenido la salud de la humanidad; investigaciones en enfermedades compartidas entre el hombre y animales permiten identificar agentes etiológicos, mecanismos de transmisión, interacción, efectos, manera de controlarlos y/o combatirlos, tratamientos adecuados, vigilancia, control de medidas higiénicas-sanitarias por las toxiinfecciones alimentarias; excepcionales métodos de diagnósticos, técnicas quirúrgicas seguras o menos incruentas.
Sus descubrimientos en inmunología fueron un aporte para la elaboración de vacunas, tratamientos anticancerígenos (basados en inmunoterapia), enfermedades autoinmunes (enfermedades creadas por células del mismo organismo de la persona) y para el sida. Orgullo para los médicos veterinarios es el premio Nobel de medicina a Peter Doherty que resalta el estrecho papel que existe lo humano y lo animal.
Existen los veterinarios generalistas (que podemos equiparar a un médico clínico) y los especialistas: oftalmólogos, odontólogos, cardiólogos, traumatólogos, dermatólogos, ecógrafos, radiólogos, etc., o la etología clínica veterinaria (ya la hemos citado en nuestras notas) que es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en sus medios naturales, en situación de libertad o en condiciones de laboratorio. Los etólogos estudian el comportamiento animal en su interacción con el medio tanto de humanos como animales. Konrad Lorentz mencionaba que el caso más estúpido del “suicidio” de una especie (después del caso del faisán argus, en el que la hembra elegía a los machos de alas más grandes hasta que no pudieron volar más y fueron extintos por sus depredadores hace 100 años) era el ritmo de trabajo humano. Así, los etólogos estudian en los animales aspectos tales como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo del comportamiento, la vida social, la impronta y muchos otros. En estado salvaje, los animales se manejan con ciertos códigos impuestos por la propia lucha por la supervivencia, por ser el más apto para dirigir una manada o ganarse el derecho a comer o a copular.
La etologia aborda también el problema de la demostración de existencia de una conciencia en los animales. El 7 de julio de 2012, en presencia de Stephen Hawking, la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia manifestó: “Decidimos llegar a un consenso y hacer una declaración para el público que no es científico. Es obvio para todos en este salón que los animales tienen conciencia, pero no es obvio para el resto del mundo. No es obvio para el resto del mundo occidental ni el lejano Oriente. No es algo obvio para la sociedad.” Algunos estudios han hablado de altos niveles de conciencia en algunas especies de animales no humanos, comparándolos con niveles humanos. Si el inconsciente está estructurado como lenguaje y en los sueños (y pesadillas) se libera el inconsciente, ¿cómo es que sueñan (y tienen pesadillas) los animales?
El origen de la domesticación animal se estableció alrededor del año 9000 a. C. cuando el ser humano se dio cuenta de que necesitaba establecer lazos entre él y la naturaleza para su supervivencia y desarrollo. Primero los utilizó con propósitos alimenticios, pero tiempo después descubrió que podían ser herramientas de caza o compañeros de caza, adoptando un valor más productivo como tales que como alimento. Los animales fueron constantemente relacionados con la identidad de las diferentes clases sociales en la historia, ya que la capacidad económica permitía poseer valuadas y exóticas especies de animales y plantas. Se estima que los perros, una de las primeras especies animales domesticadas, han sido criados como animales de compañía por alrededor de 10.000 años y alrededor del año 3500 a. C. comenzó la domesticación de gatos en Egipto y muy posteriormente en Occidente.
Los animales de compañía (mascotas) más populares alrededor del mundo son los gatos, en cualquier variedad de la especie: 1) Gato (202,en millones, Perro (171), Peces de agua dulce (151,1) y luego Mamíferos pequeños, Aves, Reptiles y anfibios.
La función veterinaria es crear conciencia sobre la tenencia de mascotas y las responsabilidades que ello acarrea brindando al animal todo lo necesario para su correcto desarrollo, una correcta alimentación y un cuidado que le evite enfermedades (vacunas) y la imitación, en lo posible, de su ambiente natural.
El poseer una mascota puede traer efectos positivos en la vida humana: descenso de la hipertensión, de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre del estrés mental, la depresión y los sentimientos de soledad, desembocando en un efecto placebo, que mejora la salud del poseedor. Asimismo, recientes estudios en el Japón muestran que las personas que sufren enfermedades crónicas y poseen animales de compañía (ya sea que estas tengan pelo, plumas o escamas) parecen tener corazones más saludables que quienes viven sin ellos. Las mascotas otorgan una mayor variabilidad de ritmo cardíaco y, por ende, un riesgo menor de infarto pues sus corazones responden mejor a las exigencias de cambios corporales, como bombear más rápido durante situaciones de estrés.
Entre los efectos negativos en la salud por causa de una mascota se enumeran principalmente las respuestas respiratorias y cutáneas de alergias y asma, mordidas, inyección de veneno, zarpazos, arañazo de gato, infecciones estomacales, la ornitosis adquirida por el contacto con algunas especies de aves y la salmonelosis, etc., todas evitables mediante la medicina veterinaria.
La lista de los animales domésticos es grande: Perro, Alpaca, Cabra, Cerdo, Llama, Oveja, Vicuña, Équidos, Caballo, Burro, Mamíferos pequeños, Conejo, Gato, Hurón, Liebre, Roedores, Chinchilla, Hámster, Vizcacha, Aves de corral/faisánidos, Codorniz, Faisán, Pavo, Perdiz, Aves pequeñas, Colúmbidas Córvidos, Canario, Loro, Aves acuáticas, Anátidas (pato; ganso; cisne), etc.
Incluso se han creado mascotas virtuales mediante dispositivos electrónicos y software que imitan el comportamiento natural de un animal o su apariencia, pudiendo ser adoptados como un falso animal de compañía.
El caso del manejo de animales domesticables con fines de producción para su aprovechamiento es y por su medio se pueden obtener diversos productos derivados, tales como la carne, la leche, los huevos, los cueros, la lana y la miel, etc. La ciencia encargada del estudio de la ganadería es la zootecnia en estrecha colaboración con los médicos veterinarios que son los encargados de la prevención y control de las enfermedades de los animales. Estos animales como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar carne, como animales de carga de mercancías, tiro del arado, suministro de pieles y, más tarde, de leche y derivados. El estiércol acumulado en los establos, estabulados y cuadras, sirvió de abono para los primeros cultivos.
Los ganados más importantes en número a nivel mundial son los relacionados con la ganadería bovina, la ovina y la porcina. Sin embargo, en algunas regiones del planeta otros tipos de ganado tienen mayor importancia, como el caprino y el equino, como así también la cunicultura, la avicultura y la apicultura. En la actualidad existen incluso explotaciones dedicadas a la cría de grillos para su uso en la alimentación de animales de compañía tan peculiares como los reptiles. Otras ganaderías son las desarrolladas con destino a la industria peletera, siendo su máximo exponente la cría de visones.
La ganadería está relacionada con la agricultura, ya que en una granja ambas pueden estar relacionadas. En estos casos el ganado aporta el estiércol, que es utilizado como abono, y los cultivos aportan el alimento para los animales. Estados Unidos es el país donde se localiza la mayor parte de la producción de carne y leche (ganado bovino) y le siguen Brasil, China, India, Argentina y Australia en la producción de carne, y la India, Rusia, Alemania y Francia en la producción lechera.
Las cabras, junto con las ovejas, fueron una de las primeras especies en ser domesticadas, entre los 6.000 a 7.000 años a. C. y las convierte en el primer animal para pastoreo domesticado en el mundo y se utilizan su carne; su leche, con la que se elaboran quesos, destacándose los de cabra; la piel, y la lana y otras fibras del pelo del animal y se utilizan sus deyecciones como fertilizante.
El ancestro salvaje de los cerdos es el jabalí y se aprovecha su carne; su grasa, que es comestible; su piel, para la elaboración de cuero, y las cerdas, para la fabricación de cepillos, entre otros productos.
Gallinas, patos, gansos, codornices, palomas y pavos ayudan a satisfacer las necesidades proteicas de los más pobres en el mundo y contribuyen de forma importante a los regímenes alimenticios del mundo desarrollado a través de la industria avícola. Avestruces, ñandúes están en grados diversos de domesticación por su piel, su carne o para otras producciones.
Muchas especies de patos se adaptan fácilmente a la cautividad y varias especies salvajes tropicales parecen tener un buen potencial para la semi-domesticación en los países del Tercer mundo de los cuales son originarios.
A diferencia de las gallinas, los gansos tienen la gran ventaja de poder ser criados únicamente a partir de proteínas provistas por la hierba y, como tienen tendencia a consumir más de lo que les es necesario, se engordan para hacerlos demasiado pesados para volar.
Casi nada de lo producido por el avestruz es descartado, mientras los ñandúes son importantes en las culturas aborígenes y criollas.
El elefante domesticado hace millares de años, es siempre de muy útil para la industria maderera y evita trazar costosas rutas en los bosques, indispensables para el pasaje de las máquinas pesadas. Los elefantes pueden trabajar en relieves difíciles, no contamina el ambiente y sus deshechos sirven a la vez como abono y como medio de diseminación de granos en la selva.
Un caso de ganadería ecológica que tiene muchas ventajas es la trashumante que es móvil pero no nómade pues los lugares de pastoreo en cada estación son fijos: aumenta la fertilidad de los suelos, que se benefician con la incorporación de estiércol y otros vegetales.
Todos estos temas y más son los que desarrollan los veterinarios que con pasión argumentan que su compleja ciencia no significa sólo cuidar a los animales sino que implica amarlos, oír maullidos, mugidos, balidos, relinchos, cacareos, ladridos y saber interpretarlos y entenderlos; ser capaz de entender ojos tristes, orejas caídas, narices calientes, inquietudes o reposos anormales; es dedicar parte de su ser al arte de salvar la vida de los animales