Día internacional del transplantado
La OMS y la Organización Nacional de Trasplantes, celebran el 6 de junio el Día Mundial de los pacientes trasplantados. Para muchos pacientes crónicos o terminales, los trasplantes son la única alternativa de vida, y con ello se trata de fomentar una cultura de donación de órganos.
El trasplante consiste en reemplazar órganos vitales (riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino) o tejidos dañados (córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas) sin posibilidad de recupero por otros sanos. También se trasplantan células progenitoras hematopoyéticas (de médula ósea o sangre periférica) y su extracción se realiza en vida.
Para estar una lista de espera para un trasplante se deben realizar una serie de estudios y evaluaciones clínicas obligatorias y la cobertura social debe autorizar los exámenes y el financiamiento del trasplante. La lista no tiene un orden preestablecido y depende de la compatibilidad entre el donante y el receptor, la situación clínica del paciente y la antigüedad en lista de espera.
La compatibilidad se determina por: 1) grupo sanguíneo compatible, 2) histocompatibilidad (HLA) que son un conjunto de proteínas de ciertas células del organismo, 3) receptor con similitud de peso y edad con el donante.
El paciente trasplantado debe recibir medicamentos para atenuar la respuesta del sistema inmune que tiende a destruir a todo agente extraño. Hay algunos riesgos asociados con este procedimiento que dependen del tipo del trasplante, que frecuentemente incluyen infección y rechazo del injerto. El seguimiento debe ser estricto durante los primeros meses pero, en términos generales, la reintegración a la vida cotidiana es completa.
La donación depende de las características del fallecimiento y la persona debe morir en la terapia intensiva de un hospital. Sólo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente hasta que se extraen los órganos. Esto no es necesario si son tejidos.
La familia puede informar sobre su voluntad de donar comunicándose con el organismo jurisdiccional correspondiente.
La mayoría de las religiones se han pronunciado a favor de la donación de órganos y tejidos como un acto de solidaridad con la comunidad.
La posibilidad del donante vivo sólo se plantea ante una necesidad extrema, frente a la falta de donantes cadavéricos debiendo existir un vínculo familiar y es sólo posible en trasplantes renales y hepáticos. El órgano más común que se dona en vida es el riñón, ya que una persona puede desarrollar una vida normal con un solo riñón al igual que ocurre con una parte del hígado. La donación de órganos entre familiares se permite sólo cuando no afectará la salud del donante y existan perspectivas de éxito para el receptor.
Para manifestar la voluntad afirmativa o negativa de donar se registra en: un acta de Expresión en el INCUCAI, en los organismos jurisdiccionales de ablación e implante, en el DNI, en un formulario online disponible en www.incucai.gov.ar. Para la negativa, además de estos canales, se puede enviar un telegrama gratuito desde las dependencias del Correo Argentino.
Como el acto de donar es libre y voluntario, la expresión Afirmativa o Negativa puede ser revocada en cualquier momento por el manifestante, pero no puede ser cambiada por ninguna persona después de su muerte.
De no existir manifestación expresa, la Ley de Trasplante presume que la persona es donante. En esos casos, el organismo responsable solicita a la familia su testimonio sobre la última voluntad del fallecido.
Ante la oposición de los familiares, si la última voluntad del fallecido conocida en forma escrita fue donar sus órganos, se respeta esta decisión personal registrada en vida. De igual modo sucede en la situación inversa.
Sólo cuando la persona no haya dejado constancia expresa, los familiares directos son quienes dan cuenta de la voluntad respecto a la donación de órganos. Ante el fallecimiento de menores de 18 años no emancipados, sólo los padres o representantes legales pueden decidir.
En el siglo VII a. C. el cirujano indio Sushruta describe cómo reconstruir una nariz amputada por medio de los tejidos de la frente. En China del siglo XI, Hua To trasplantaba órganos dañados. El primero que realizó trasplantes de forma exitosa y que se percató del “rechazo” fue el boloñés Gaspare Tagliacozzi (1545-1599), y escribió un tratado de cirugía plástica. En el siglo XVIII, el escocés Johny Melavo (1728-1793), realizó los primeros xenotrasplantes y autotrasplantes en animales. Los trasplantes exitosos comenzaron luego de Louis Pasteur (1822-1895) y de las tipologías sanguíneas del austriaco Karl Landsteiner (1868-1943). El siglo XX fue el que dio un gran paso adelante. Otro austriaco Emerich Ullmann (1861-1937) en los trasplantes de riñón y en la inmunología; el francés Alexis Carrel (1873-1944), Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1912, en la sutura y el trasplante de vasos sanguíneos. En 1905, el checo Eduard Zirm (1863-1944) trasplantó la córnea de un niño de once años a un ciego quien recuperó la vista en cuestión de horas. En abril de 1933, el ucraniano Yu Yu Voronoy (1896-1961), trasplantó el riñón de un hombre a una mujer y marcó un hito aunque ella muriera días después.
En 1954, conocida la estructura molecular del ADN, se realizó con éxito el trasplante de riñón entre una pareja de gemelos idénticos. En 1958 de médula ósea, de hígado y pulmón en 1963, de páncreas en 1966, de intestino en 1967 y ese mismo año Christiaan Barnard (1922-2001) el primer trasplante de corazón. En 1972, el suizo JFrançois Borel (1933-) desarrolló el primer fármaco inmunosupresor, ciclosporina, que reduce el rechazo. Y, aunque la medicina sigue avanzando, con los primeros trasplantes de mano y antebrazo (1998) y de rostro (2005), los trasplantes de cerebro y la creación de la vida a partir de «pedazos» no son posibles por ahora. Algunas definiciones:
Autotrasplante: cuando donante y receptor son el mismo individuo y no existe incompatibilidad, por ejemplo trasplantes de piel o de médula ósea.
Isotrasplante o trasplante singénico: El donante y el receptor son individuos distintos pero genéticamente idénticos, casi no hay riesgo de rechazo.
Alotrasplante: donante y receptor son genéticamente distintos y de la misma especie, es el más común y requiere de fármacos para evitar el rechazo.
Xenotrasplante: donante y receptor son individuos de diferentes especies (para los reemplazos valvulares pueden usarse válvulas bovinas o porcinas).
Cuando se le extrae el órgano a un donante vivo el órgano o tejido extraído debe ser no esencial para la vida; por ejemplo, un solo riñón de una persona que tiene un par de riñones normales, la sangre, la piel, la médula ósea y los lóbulos del hígado.
Cuando el donante es cadavérico (muerte encefálica) los órganos a trasplantar se mantienen vivos mediante técnicas de ventilación artificial y drogas específicas, que permiten que el corazón siga latiendo e irrigando los órganos a ser trasplantados. También se puede sacar órganos y tejidos de un individuo que ha sufrido un paro cardíaco y suelen ofrecer mejor pronóstico en trasplantes de riñón y de hígado que los donantes en estado de muerte cerebral, ya que no han estado hospitalizados previamente.
Uno de los principales problemas que presentan los trasplantes es el rechazo del órgano o tejido trasplantado. El rechazo puede ser de dos tipos: el paciente rechaza el injerto, o el injerto rechaza al huésped. Los rechazos pueden ser: 1) hiperagudo si se produce dentro de 48 horas de la operación, 2) acelerado si se manifiesta en los primeros días, 3) agudo si se inicia después de unos meses y 4) crónico: que continúa por meses o años y contribuye a la pérdida paulatina de la función del órgano.
El costo económico es otro de los problemas de la viabilidad de los trasplantes de órganos, por el uso ineficiente del dinero, su falta de control y de transparencia de las instituciones implicadas.
Desmistificaciones:
- NO se pueden comprar los órganos (en teoría)
- SÍ puedo ser donante vivo de órgano (sólo riñón y una parte del hígado) si existe una relación familiar o sin saber a quién se le va a trasplantar para evitar la sospecha de una relación económica
- NO se puede conocer la familia del donante, manteniendo siempre el anonimato
- SÍ se puede volver a trabajar y llevar una vida normal, hacer deporte o viajar
- NO alcohol ni fumar
- SÍ se puede volver a trasplantar el mismo órgano
- hay trasplantados que llevan 30 ó 40 años
Y más también con las siguientes recomendaciones:
Cumplir los controles médicos, atender a síntomas como disminución de la cantidad de orina, dolor o calor en la zona de operación, fiebre o malestar general; como puede ser dolor de cabeza, mareos, zumbidos en los oídos, hinchazón en las piernas (edema), aumento de presión arterial, nunca suspender los medicamentos, evitar contacto con enfermos, animales y aglomeraciones, limpieza rigurosa, usar protector solar, etc.
Argentina sigue a la vanguardia entre los países de la región en lo que hace a la generación de donantes y trasplante de órganos por millón de habitantes, liderando las estadísticas en trasplantes cardíacos, pancreáticos e intestinales.
Argentina, referente en trasplante de órganos a nivel mundial, alcanzó en 2013 una tasa de 43.4 trasplantes realizados por millón de habitantes, seguido por Uruguay y Brasil y tiene la tasa más alta de trasplantes cardíacos con 2,4 por millón de habitantes, seguido por Chile y Colombia. Es importante el crecimiento que se observa en la última década según el gráfico. En ese año se trasplantaron en el mundo 114.690 órganos, la cifra más alta de la historia y es nuestra América Latina, con 17.923 la región que experimenta el mayor crecimiento.
En lista de espera se estima que en el mundo existen 200.000 personas y en la Argentina unas 7.000. Debido al trabajo del Incucai y con una tasa de 14,5 de donantes por millón de habitantes, lidera en América latina seguida por Uruguay, Colombia, Brasil, Cuba y Chile.