En nuestra Obra Social creemos en una paradoja: es la vida y no la muerte lo que arroja al pensamiento del hombre más allá de lo humano. E intentamos llevarla a la práctica diaria pues no es una simple prepaga comercial, es una Obra Social que atiende a todos sus afiliados.

Todos los debates filosóficos contemporáneos tienen por objeto al ser vivo y al núcleo biológico de lo humano como especie.

La vida se ha vuelto el más allá de la subjetividad, excede los límites del sujeto individual que no puede ya dominar el amplio campo de conceptos y de prácticas de la vida.

Foucault planteó que el hombre por milenios siguió siendo lo que era para Aristóteles, un animal viviente capaz de existencia política, en cambio el hombre moderno es un animal en cuya política está puesta en duda su existencia como ser viviente.

Y lo primero que ve es que para normalizar, disciplinar al hombre, el inicio de todo para sujetar al sujeto se utiliza el cuerpo: es alrededor de la salud, la sexualidad, la herencia biológica o racial, la higiene, los modos de relación y la conducta con el propio cuerpo, que las técnicas de individuación constituyen a los sujetos y los distribuyen en el mapa definitivo de lo normal o anormal, de la peligrosidad criminal, de la enfermedad y de la salud. En esa zona entre lo biológico y lo social las tecnologías modernas intervienen para colonizar de una manera nueva lo que antes era doméstico y privado.

Así el cuerpo y la vida se vuelven materia política de la cual está hecho el hombre moderno. Pero ese cuerpo y esa vida que es fundamento del sujeto disciplinado (sujetado) se vuelve búsquedas y experimentos incesantes en los que la trasparencia de las personas le deja el lugar a la opacidad de la carne, del sexo, de la enfermedad, de la potencia.

Las sociedades vueltas población hacen entonces de la salud, el hambre, la seguridad, la higiene, los estilos de vida, una instancia de permanente lucha (por ejemplo la lucha entre una vida digna contra la “calidad de vida”). En resumen, en el umbral en el que las tecnologías hacen individuos y constituyen poblaciones, surge también aquello que resiste, altera, muta esos regímenes normativos: la vida emerge como desafío y exceso de los que nos constituye como humanos socialmente legibles y políticamente reconocibles.

Ese desafío y exceso de vida nada mejor que canalizarlo a través de OSPDESBA, nuestra querida Obra Social y su página web, que es de todos y para todos.

Leonardo Pelliza

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