El uso de la bicicleta y los efectos en la salud
La bicicleta es el medio de transporte más sostenible no sólo para combatir la congestión, el consumo de recursos no renovales y la contaminación ambiental en las ciudades sino para lograr una vida más saludable.
Desde OSPDESBA (Obra Social del Personal de Dirección de la Empresa de Subterráneos de Buenos Aires) nos sumamos a la campaña de concientización de los beneficios del uso de la bicicleta para promover una vida más saludable y calidad de vida para todos nuestros afiliados. Para ello sostenemos la importancia del uso de este modo de transporte no motorizado para el logro de una movilidad sostenible.
¿Porqué usar la bicicleta?
Está clínicamente comprobado que el ciclismo es una de las actividades más completas y universales para prevenir dolores de espalda, combatir el estrés, proteger las articulaciones y mejorar el sistema circulatorio e inmunológico.
Riesgo cardiovascular
El ciclismo produce grandes efectos positivos sobre el corazón (rebaja la frecuencia cardíaca en reposo y la cantidad de sangre bombeada por unidad de tiempo), reduce el estrés de este músculo e influye positivamente ante todos los factores de riesgo de ataque cardíaco. Una actividad física regular reduce el riesgo de sufrir un ataque de este tipo en más del 50%. Los desplazamientos habituales en bicicleta reducen un 60% las enfermedades cerebro-vasculares.
Obesidad
La obesidad trae aparejada en muchos casos problemas psicológicos y limitación de la calidad de vida, la que puede atacarse a partir de ejercicios regulares como pedalear, ya que, además de estimular el metabolismo y quemar calorías, el peso no recae en las articulaciones, como ocurre (por ejemplo) con la cadera al andar o correr.
De hecho, una hora de bicicleta quema de 600 a 800 kilocalorías, en función de la intensidad del esfuerzo. Así, a partir de 20-30 minutos de ejercicio, el ciclista obtiene el 60% de la energía para pedalear de la grasa corporal, mientras que otros ejercicios queman principalmente carbohidratos (azúcar).
Hipertensión
La tensión arterial alta es de las enfermedades más frecuentes en la sociedad moderna. Se calcula que un 20% de la población padece hipertensión (otro 20% tiene la tensión muy alta), aunque apenas el 10-20% tiene disposición genética a padecerla. Muchas investigaciones demuestran que el ejercicio moderado previene o reduce, al menos, la hipertensión. Y aunque debe evitarse algún deporte intenso, el ciclismo reduce la hipertensión, que constituye el mayor riesgo de sufrir ataques al corazón.
Colesterol
Un incremento inadecuado de la grasa corporal provoca arterioesclerosis e hipertensión, enfermedades que incrementan el riesgo coronario. El ejercicio habitual quema calorías (principalmente de la grasa ingerida), pero además, la práctica en bicicleta mejora el metabolismo, incrementa la producción de colesterol HDL (bueno) y reduce la presencia del LDL (malo), responsable del endurecimiento de arterias y vasos sanguíneos, con el consiguiente riesgo circulatorio y de trombosis. Y, a la vez, se reduce el peso.
Dolores de espalda y columna
La mayoría de la población padece o ha padecido dolor de espalda debido a malas posturas. Como resultado los músculos se ven afectados por la tensión de malas posturas y daños en los discos intervertebrales. El ejercicio moderado es eficaz contra el dolor de espalda, pero, además, el movimiento de piernas del pedaleo estimula los músculos de la zona lumbar e ileosacral, donde se producen la mayoría de las lesiones de espalda, y los pequeños músculos de las vértebras, fortaleciéndolos.
Várices
El uso de la bicicleta ayuda a mejorar la circulación sanguínea y previene la aparición de arañas vasculares y venas antiestéticas. El ejercicio regular estimula el retorno venoso y potencia el bombeo de sangre hacia las extremidades, con lo que se consigue mejor circulación y piernas más saludables. Se desaconsejan los deportes donde los pies golpean con fuerza el suelo, ya que el golpeo brusco dificulta el retorno venoso de la sangre que se estanca en las piernas.
Diabetes
La utilización habitual de la bicicleta disminuye hasta en un 40% el riesgo de desarrollar una diabetes de tipo 2.
Estrés, depresión y ansiedad
Los problemas de estrés y psicológicos pueden mitigarse con el uso de la bicicleta. El deporte reduce los efectos negativos de los desórdenes psicológicos y estimula la producción de hormonas. La depresión y ansiedad se mejoran con deportes de resistencia. Pedalear de manera uniforme reduce los efectos del estrés. Con 40 minutos de pedaleo, el cuerpo comienza a liberar endorfinas (hormona de la felicidad), que inhiben el dolor y contrarrestan los efectos depresivos de estas enfermedades.
Súmate al bienestar
Entendemos que muchísimas personas se sumarían al uso de la bicicleta si supieran que la práctica del ciclismo repercute tan positivamente en el bienestar de la salud, ya sea para perder peso, mantenerse en forma, disminuir los niveles de colesterol, mantener un corazón sano, incrementar la capacidad de los pulmones y evitar dolores de espalda y rigidez en las articulaciones entre otros beneficios.
Sin embargo cabe destacar que la mayoría de la población no es consciente de todos estos aspectos positivos que hacen de la bicicleta una de las actividades más completas y universales para conseguir un bienestar físico y psíquico. Por ello OSPDESBA te invita a que pruebes de ir al trabajo, al colegio o a pasear en bici para disfrutar de los beneficios de esta excelente herramienta que está al alcance de todos. (*)