Por Rubén Cusati

Sinopsis

Tras un naufragio en medio del océano Pacífico, el joven hindú Pi se encuentra en un bote salvavidas con un único sobreviviente, un tigre de bengala …

Premios

• 2012: 4 Oscar: mejor director, fotografía, banda sonora y efectos visuales. 11 nominaciones
• 2012: Globos de Oro: Mejor banda sonora. 3 nominaciones, incluyendo Mejor película drama
• 2012: 2 Premios BAFTA: mejor fotografía y efectos visuales. 9 nominaciones
• 2012: Critics Choice Awards: Mejor fotografía y efectos visuales. 9 nominaciones
• 2012: Satellite Awards: Mejor guión adaptado y fotografía. 5 nominaciones
• 2012: American Film Institute: Top 10 – Mejores películas del año
• 2012: Premios Annie: Mejor animación de personajes en una película no animada. 2 nominaciones
• 2012: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor película
• 2012: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
• 2012: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión adaptado
• 2012: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor fotografía

Trailer

La vida de Pi viene a demostrar, aunque ése no sea su objetivo, la falacia que se esconde tras el epígrafe basado en hechos reales de muchos filmes. La trampa está en la palabra “basado” a partir de la cual se puede mentir a gusto. Nunca debemos olvidar que el cine es ficción, es mentira, trata de ocuparse de historias que resulten atrayentes y, las más atrevidas son las que además pretenden descubrir zonas desconocidas de nuestro Universo y de nosotros mismos.

En suma, toda película como toda novela o todo arte en general están basados en hechos que atañen al ser humano y las mejores obras son las que revelan aspectos reales que nos han permanecidos ocultos.

El otro tema que subyace a la manera de sermón moral que intenta a través de las religiones superar el miedo a la muerte es el que comienza (el prólogo es muy largo, 75 minutos) y termina el filme y no es tanto de nuestro agrado y resulta un tanto molesto, en el que él personaje (el autor de la novela que es el protagonista que narra su aventura de joven a manera de racconto ante un periodista que escribirá finalmente la novela) desde pequeño opta por un panteísmo a lo Borges en el que toma lo mejor de cada una de las religiones y se considera hinduista (su primer hogar), judeo-cristiano (aprende su amor a los hombres) y musulmán ( su amor a la tierra y a la disciplina).

Dios ya no resulta el gran culpable de que cualquier institución lo use para beneficio propio, sino un ente superior que sirve de brújula y resistencia para un protagonista perdido a su suerte.

Ocurre, sin embargo, que la magnificencia visual de la aventura del joven en el mar hace que la película sea de visión imprescindible y, dentro de lo posible, lograr hacerlo en 3D.

El arca con la que inicia su aventura no deseada además del tigre lleva a una cebra, una mona y una hiena furiosa, rodeada por el peligro de los animales del mar (también por su belleza), el hambre y la sed. ¿Podrá sobrevivir bajo esas condiciones?

Ang Lee ya ha dado muestras anteriores de manejar con habilidad situaciones de violencia y riqueza visual por las que obtuvo grandes premios y elogios y con esta película los vuelve a ratificar.

Otro tema que subyace en el relato es el transitado del Doble. ¿Cuál sería la razón de otro modo por la cual el tigre tiene un nombre humano, Richard Parker? ¿Es el tigre el doble del joven?

Y para agregar una cuestión más de los temas que desarrolla el filme y demuestra su riqueza, ya sea  para bien o para mal, encontramos ligado a la globalización del momento a que armoniza distintas culturas en su realización: la producción norteamericana de una novela de escritor canadiense nacido en Salamanca, con el protagonista hindú todo dirigido por un taiwanés triunfador en Hollywood. Raro que no figure algo argentino…

Las virtudes plásticas y narrativas de Ang Lee se concentran en la aventura pos naufragio con el tigre, Pi y el mar con un uso del formato 3D  deslumbrante y profundo.

Dentro de lo narrativo Lee ha logrado pasar de lo “real” a lo fantástico y retornar a lo “real” con absoluto respeto a la verosimilitud, destacándose en el desarrollo de lo fantástico tanto por las peripecias de nuestro (¿o son dos?) héroe como por su belleza visual y poética y hace que el espectador acompañe a Pi  en una experiencia inolvidable traspasando los límites del mero entretenimiento y convirtiendo a ‘La vida de Pi’ en un espectáculo fascinante.

Lee tiene un don natural para amoldarse al canon industrial y realizar con impecable profesionalidad cualquier proyecto sin necesidad de hacer “cine de autor”, a él un productor le encarga el trabajo y él lo hace con maestría. Ello lo obliga a conceder algunas cuestiones que si no lo hubiera hecho La vida de Pi sería una obra maestra. Ha filmado adaptaciones de los textos más diversos con absoluta sensibilidad y trabajos bien hechos. Quizá su adaptabilidad a las industria del cine y a su negocio lo ha perjudicado en no ser reconocido como el talentoso director que es.

Se destaca la labor de Suraj Sharma, un desconocido joven que debuta en el mundo de la actuación y que es capaz de llevar todo el peso del largometraje. Gérard Depardieu hace tan sólo una pequeña aparición.

Pero el verdadero as de la película es el realizador Ang Lee que supera el edulcorado misticismo de la novela por su genio en elaborar una aventura de increíble belleza

La película es ideal para los niños si se elimina para ellos la visión del largo prólogo que los cansará inútilmente, que comiencen a ver la película desde que la familia de Pi se embarca con su zoológico a cuestas. Y no olvidar, en lo posible en 3D.