Toni Erdmann

Por Rubén Cusati

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Ficha técnica
Año: 2016 Duración: 162 min. País:  Alemania Directora: Maren Ade Guión: Maren Ade Fotografía: Patrick Orth Reparto: Peter Simonischek, Sandra Hüller, Lucy Russell, Trystan Pütter, Thomas Loibl, Hadewych Minis, Vlad Ivanov, Ingrid Bisu, John Keogh, Ingo Wimmer, Cosmin Padureanu, Anna Maria Bergold, Radu Banzaru, Alexandru Papadopol, Sava Lolov, Jürg Löw, Miriam Rizea, Michael Wittenborn Productora: Komplizen Film / Coop99 Filmproduktion / KNM Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Familia. Trabajo/empleo
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Sinopsis
Inès trabaja en una gran Consultora alemana en Bucarest. Su vida está perfectamente organizada hasta que su padre Winfried la visita y le pregunta ¿eres feliz? Tras su incapacidad para responder empezarán los cambios empujada por el padre que la estorba y la avergüenza con un personaje imaginario y divertido: Toni Erdman.
 Premios 
  • 2017: 6 Premios del cine Alemán, incluyendo película y director
  • 2016: Premios Oscar: Nominada a mejor película de habla no inglesa
  • 2016: Globos de Oro: Nominada a mejor película de habla no inglesa
  • 2016: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película en habla no inglesa
  • 2016: Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
  • 2016: Premios del Cine Europeo: Mejor película, director, guión, actor y actriz
  • 2016: Festival de Cannes: Premio FIPRESCI
  • 2016: Premios Independent Spirit: Mejor película extranjera
  • 2016: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera
  • 2016: Críticos de Los Angeles: Nominada a mejor película extranjera
  • 2016: Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de habla no inglesa
  • 2016: Premio FIPRESCI (Fed. Int. de Críticos de Cine): mejor película del año
  • 2016: British Independent Film Awards (BIFA): nom. mejor película intern. independiente
  • 2016: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
  • 2016: Premios Guldbagge (Suecia): Nominada a Mejor film extranjero

Trailer:

Esta es la película que arrasa los premios en todo Festival que se le ponga delante y que, según la crítica, merecía el Oscar al mejor filme de habla no inglesa que ganó la iraní The salesman. De nuevo coincidimos con lo laudado por el Jurado de Cannes y por el de la Academia de Hollywood y discrepamos con la opinión casi unánime de la crítica internacional aunque reconocemos la calidad de la alemana.

La primera cuestión es la duración exagerada de esta “comedia dramática”, oxímoron para definir el género. Pensamos como Aki Kaurismaki que la duración de un filme ideal debe estar alrededor de la hora y veinte minutos, menos de la mitad de los 162 minutos que dura la película alemana, más aún pensando que se trata de una comedia. Y su excesiva duración es el principal defecto de la película, pues incluso llega a opacar a los gags de Toni debido a las reiteraciones.

Inés (Sandra Hüller, excelente actuación) titubea al responder la pregunta ¿Sos feliz? que le hace su padre Windried de visita en Bucarest. Es una pregunta abrumadora y el eje central de todo el filme, que muy pocas veces  hacemos o nos hacen.

Ella es adicta al trabajo con una vida afectiva casi inexistente, fría, metódica, organizada, siempre pendiente del teléfono. Winfried es su contracara y usa el absurdo para paliar las desventuras de la vida, está separado, da clases de piano, vive cercano a su madre y se le acaba de morir el perro que amaba. El conflicto está planteado, papá divertido algo desagradable e hija deshumanizada, la familia es un tema esencial para platear situaciones existenciales.

Inés realiza todas sus actividades personales como una máquina sin comprometer sus emociones, incluso sus relaciones sexuales que terminan frustradas con un compañero de trabajo al que maltrata.

El padre ya tiene en la primera secuencia un personaje que ha creado para divertirse y sobrellevar la vida, Toni Erdmann, y reaparecerá sorpresiva e insólitamente en la vida de Inés disfrazado, con peluca y dientes postizos para rescatarla de su alienación y desvestir su vida encorsetada. Es un payaso grandullón travieso que se ha auto adjudicado la responsabilidad de alegrar y empujar a los demás a ver el lado positivo de las cosas. Está jubilado y ayuda como payaso a la manera de Patch Adams, en un hogar de ancianos que es algo típico en los países nórdicos. Inés no puede evitar sentirse avergonzada de su padre, sobre todo cuando éste irrumpe sin avisar en su entorno laboral durante unos días decisivos para su carrera. Aunque al principio se muestra reticente a dejarse llevar, Inés acaba cediendo gracias a Toni Erdmann.

Ella no abandona nunca su compostura y su traje de ejecutiva mientras él tiene una apariencia despeinada limitando con lo sucio y desagradable. Persona significa máscara y el obvio disfraz que usa Toni es menos ridículo que el que usa Inés en su artificial vida cotidiana. Gracias a su álter ego, Winfried consigue sortear cualquier jerarquía, cualquier protocolo, cualquier barrera comunicacional, y la identidad inventada, la fantasía, acaba siendo la más natural, la más ‘verdadera’ de todas. No existe mayor mentira que la verdad naturalizada.

Inés trabaja para una consultora externa alemana que prepara un plan de reingeniería de una empresa petrolera rumana que ocasionará el despido de gran parte de sus trabajadores. Una de los subtemas, la crisis de valores en Europa por la globalización y las multinacionales, es lo menos logrado del filme por su longitud y confusión. Sólo rescatamos un plano donde ella desde las alturas de una oficina ve lo mal que viven algunos rumanos en una especie de Villa miseria.

El sabor final que queda en el espectador es agridulce y sin caer en el pesimismo le permite reflexionar acerca de la comunicación y las relaciones humanas con comportamientos ilógicos que la sociedad, sin embargo, ha normalizado.

Uno de los logros del guión, apoyado por las magníficas interpretaciones, es que cuando se está por caer en el drama, un giro inesperado, una sorpresa, vuelve la historia a la comedia. Su intención a la hora de utilizar el humor parece ser la de servir como terapia no solo para su protagonista, sino también para el espectador, al que se dirige buscando la risa y la complicidad, pero también desconcertando, incomodando hasta parecer desagradable.

La secuencia que es un punto de inflexión del relato y habilita el final (que sin embargo sigue abierto) es la primera vez que el padre logra quebrar de algún modo la estructura monolítica de la hija y ella canta “The Greatest Love of All”  de Witney Houston:

YO CREO QUE LOS NIÑOS SON NUESTRO FUTURO,
ENSÉÑALES BIEN Y DÉJALOS SEGUIR EL CAMINO.
MUÉSTRALES TODA LA BELLEZA QUE POSEEN DETRO DE ELLOS,
DALES EL SENTIDO DEL ORGULLO PARA QUE LES SEA MÁS FÁCIL.
DEJA QUE LAS RISAS DE LOS NIÑOS
NOS RECUERDEN CÓMO SOLÍAMOS SER NOSOTROS.

DECIDÍ HACE MUCHO TIEMPO
QUE NUNCA CAMINARÍA EN LA SOMBRA DE NADIE,
SI FALLABA, O SI ACERTABA,
AL MENOS VIVIRÍA SEGÚN MIS CREENCIAS.
NO IMPORTA LO QUE ME QUITEN,
NO PUEDEN LLEVARSE MI DIGNIDAD.

La secuencia del cumpleaños de Inés en que la protagonista “cambia”, se despoja de sus máscaras y de su corsé es una de las mejores.

En síntesis una película recomendable y que nos sorprende más que por las ocurrencias de Toni porque el cine alemán nos brinda un género raro en su filmografía: la comedia.

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